El término puszta es un término húngaro utilizado para indicar vastas extensiones de llanura esteparia, típicas de las tierras planas de Hungría.
El territorio de la puszta es estéril, inhóspito, una especie de desierto herboso y en origen se refería a partes llanas de la gran llanura húngara (Alföld), habitada por pastores de ganado vacuno y caballar.
Este término deriva de un adjetivo eslavo que significa “vacío, desolado” y se refiere también a granjas rodeadas por vastos campos; en este sentido, ha entrado a formar parte del nombre de algunos lugares (como puszta de Bugac).
Fuente: Wikipedia
Acerca de la felicidad:
Mientras me hallaba hoy empujando la bicicleta por unos 5 kms y en una de las tantas paradas en busca de oxigeno, me llegó un correo electrónico de una amiga. Entre otras cosas me preguntaba, de como venia con el tema Felicidad y si habría ya sacado alguna conclusión.
Querida Mona, se que me lees en Aleman y en Español y me encanta. Tu pregunta por cuan lógica sea no te la puedo contestar hoy. Primero de todo por que aun no la tengo, pero si ya la tuviese, me la ocultaría a mi mismo, ya que mi viaje en su búsqueda recién esta empezando. 🙂
Tal vez un día se haga verdad el presentimiento que llevo dentro de mi, que la felicidad son solo instantes en la vida de cada uno.
El llegar a destino, agotado, luego de haber pedaleando contra viento y cuestas, el ver realizada una etapa y esperarse una ducha regeneradora, eso es un placer tan grande que podría llamarlo felicidad. Una vez realizado, me dormiría en tiempo récord y a la mañana siguiente, por cuan soleado estuviese el día, me costaría (o cuesta) energía el ponerme nuevamente en camino. El luchar con el trafico y las implementas climáticas y esta sensación no la puedo ver en el presente como un estado de felicidad.
Esta mañana partí para mi etapa diaria, con esa sensación difícil de explicar. En el camino, en medio de la nada por un sendero, se me cruzó una manada de Ciervos y Cervatillos, como en una estampida huyeron de mi. El haberlos podido ver de tan cerca, en plena libertad, fue una sensación que me dejó de boca abierta. (Lamento no haber podido cautivar la imagen en mi cámara digital) Fue una sensación que diría de gran felicidad, un momento fugaz, lo que duró la estampida. Al poco tiempo, si bien aun con una sonrisa marcada en la cara me dirigía por una ruta asfaltada hacia el sur, pensando donde parar, donde comer y tal vez preocupándome un poco por donde dormir.
Ahora te mando un fuerte abrazo desde mi campamento. Buenas noches.
He aqui algunas imágenes del día de hoy.
0
Dejar un comentario