Nunca digas nunca! Se me repetía por la mente mientras estaba por subirme nuevamente a volar un planeador, luego de que hubiese cerrado ese capitulo en mi vida.
Luego de despedirme de Marius y Anna Maria con los niños, del Hotel Boutique Pension / Boutique-Hotel VILA SARADA que llevan con mucho amor por cada detalle y me brindaran una atención digna de un rey, me ponía en camino, siendo las 11 AM.
A los 8 Km de la ciudad de Deva, por una calle de tierra, sin saber nada ni haber visto en mi GPS, me topo con un campo de vuelo. A lo lejos veo una camada de gente (presumía jóvenes) empujando dos planeadores biplazas hacia la caja. Presumía que fuesen IS28, unos planeadores de aluminio de construcción Rumana que en Argentina son conocidos. De hecho habré hecho uno o dos vuelos con este tipo de planeador, muy parecido al Blanik como prestaciones.
Cuando a lo lejos vi esa escena me vino escalofrío y se me puso la piel de gallina, os ojos brillosos y aumente la frecuencia de pedaleada sin darme cuenta a mas de 100 rpm. Llegue a las puertas del Hangar abierto, me tope con el jefe de instructores, un tal Gratian, tipo muy simpático y con un buen nivel de inglés, me presenté, me llevaron a una oficina a presentarme el Director del Club y 30 minutos mas tarde me encontraba decolando desde el asiento anterior con un torno Diesel de los años 80. A la hora de querer pagar el vuelo, me lo han rechazado y me dijeron que se pondrían mas contentos si les escribo algo en el libro de honor de la asociación. Que honor para mi haber dejado un comentario entre tantos ilustres.
Entre el vuelito, charlas varias y mi segunda pinchadura en el viaje (por suerte justamente a la altura de la caja de vuelo) que el objetivo de llegar a Alba Iulia e unos 70 kms quedo hecho agua por lo cual me tome un día relajado y sume solo 15 km, nuevos conocidos, sol radiante y un día de aeroclub como en mis viejos tiempos.
Mañana pero si, se parte para Alba Iulia..
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