Ayer partí de Odobesti, a unos 10 kms al norte de la ciudad de Focsani en dirección sur, hacia la ciudad de BRAILA, cabecera del homónimo departamento.
Mi sensación inicial como comentara en el post anterior, respecto a los cambios geográficos y el de la gente se vio disipar con cada quilómetro que recorría. Y no han sido pocos ya que pude batir mi récord personal de la marca de los 100.El día había comenzado soleado, los kms que tenia por delante eran varios y me esperaba en la ciudad de Braila una cita con una persona desconocida que había contactado a través de “Couchsurfing” haciendo de esta, mi primer experiencia con este portal o red de contactos. Desvelado por la madrugada, se me dio por probar esta red, mandando algunos mensajes/ pedidos de alojamiento a couchsurfers de la zona de Braila recibiendo una respuesta casi inmediata de IULIAN, ofreciendo su disponibilidad a hospedarme en su casa. Hemos intercambiado numero de teléfono y mas que habernos saludado y concordado una hora aproximada de llegada, no sabíamos nada el uno del otro.
Llegué medio hora mas tarde de la hora estipulada y Iulian ya me estaba esperando. La indescriptible cordialidad, la simpatía y la buena onda (probablemente mutua) me hizo prolongar mi estadía por un día / noche mas, y ese cambio de planes apenas pasadas 2 horas de habernos conocido. Me imagino mi aspecto al llegar, ya que Iulian como primera cosa me ofreció el aseo para darme una ducha y vaciar mis alforjas en la maquina de lavar 🙂
Luego de una picada en la cocina con productos regionales salimos al centro de Braila. He conocido los amigos de Iulian, toda gente muy simpática y terminamos en un bar con música en vivo donde tocaba un grupo de Bucarest, llamado “Bosquito”, un mix de folk punk rock interesante. El domingo, (día 60) salimos a dar una vuelta en bicicleta por la ciudad y luego a pasear por la costanera con amigos, un domingo apacible y clásico de Alemania, Rumania, Argentina o El Salvador. Terminamos en la casa de Andrea y Adrian con una buena y típica picada rumana, incluido el vino y el aguardiente 🙂Así, en este fin de semana, cargue mis baterías con afectos sociales, como quien por una ruta, con un tanque amenazante vacío, encuentra al fin una gasolinera.
Con desconocidos que en menos de 24 hs los sentí como viejos conocidos. Todos con curiosidad por saber algo del otro, con ansias de participar y de compartir.
La VITA E BELLA!!!
Iulian y amigos: Gracias!!!
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