Quien viviera en alguna parte de la Union Sovietica seguramente conocera Batumi, ya que esta ciudad balnearia en la republica de Georgia atrajo siempre a mucha gente en los meses de verano.
Su renombrado Boulevard (o rambla) fué noticia mundial a inicios del siglo XX. Su arquitectura, la histórica y la moderna dejan a boca abierta, sus playas de guijarros blancos con sus sombrillas coloradas, los verdes montes que circundan la ciudad y la infinidad de hoteles, restaurantes y bares hacen de esta ciudad un destino perfecto para unas semanas de vacaciones. La oferta cultural, teatro clásico y moderno, el festival de Jazz, muestras fotográficas y de arte varias ofrecen algo para cada gusto.
Obviamente que sin saber hablar Georgiano, en Batumi te arreglas sin problemas. El inglés, después del Ruso es el idioma extranjero mas hablado. Me he quedado en esta ciudad toda una semana en esperas de recibir mi Visa para Azerbaijan en dicho consulado.
Alojando en un bonito Hostel (Batumi Surf Hostel) he tenido la posibilidad de conocer gente de todas las edades y de diferentes países, sobre todo de Rusia. Jamás he tenido mayor contacto con rusos y esto me sirvió para lijar algunos leves prejuicios que inconscientemente aun llevaba conmigo.
En una espontánea acción organizada por el propietario del Hostel con su esposa y empleados, pagando una suma que según mis cálculos era solo para cubrir los gastos, hemos organizado una excursión de día entero a las afueras de Batumi a un pequeño valle encantador, donde entre pequeñas cascadas de agua y mucha selva subtropical pasamos un día hermoso, incluida mucha comida, bebida y música.
Batumi sube en mi escala personal a las TOP FIVE destinaciones de mi viaje. Es un nombre para recordar y un destino para marcar en tu agenda. Se llega por avión (Aeropuerto de Trabzon en Turquía) o Aeropuerto de Kutaisi en Georgia. Ambos a menos de 2 horas de distancia. Los precios al cambio de hoy son aún moderados, la oferta hotelera infinita, la gastronómica muy interesante y la cultural infinita.Mañana dejaré Batumi, (si el concierto de esta noche con George Clinton & Parliament Funkadelic no me quita hasta las ultimas fuerzas) en dirección del “Pequeño Cáucaso” donde descubriré otra Georgia.
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