He cambiado mis bermudas de material sintético por pantalones de hilo. Me recuerdo a los meses de verano en Buenos Aires donde yacía cada día de nuevo. Pero salvo en mi paso por el norte o por Paraguay nunca había probado la sensación de 37 grados a la sombra.
Hay tantas atracciones culturales en la ciudad y yo sentado. Decido visitar la misma a horas nocturnas, es así que empiezo coleccionando fotos solo de noche, pero me inspira coraje para visitar algunas atracciones también de día. Así completo mi imagen de la ciudad con fotos diurnas. Visito algunos museos con interesantes exposiciones y hago una excursion al Grande Cáucaso.
El pronóstico del tiempo prevé recién para el proximo viernes un alivio térmico. La maxima prevista será de solo 32 grados. De mi idea original de quedarme en Tbilisi solo 4 días terminare mi estadía completando la semana entera. Hospedado en un Hostel, como siempre, encuentro una familia. La figura de madre la ocupa la propietaria, Marina, la de los hermanos las ocupan los viajeros, mayormente jóvenes, de Holanda, Francia, Pakistan, Alemania, Rusia y Ucrania. Cada cual con fantásticas historias de viaje, compartiendo experiencias de sus países de origen y a veces, cuan mas avanzada la noche, también con experiencias personales de vida.
Para Azerbaijan me faltan solo 150 kms, para Baku su capital 600. Será una zona mas calurosa aún, por lo cual las próximas etapas empezarán con el amanecer mismo.
He aprendido que Estambul es el limite entre Europa y Asia, pero luego aprendí también que los límites de Europa son muy flexibles y no bien definidos, dependiendo del punto de vista, geográfico, politico, histórico. Ahora en Tbilisi, la capital Georgiana me doy cuenta, que este es un territorio realmente de encuentro entre oriente y occidente. Georgia, o Sakartvelo como se dice en georgiano, en su milenaria historia, fue siempre una zona de choque entre el paganismo, el cristianismo y el mundo musulmán. Aquí se ha escrito historia, también aquella que ha influenciado a Europa y al mundo moderno, luego de la caída de las monarquías europeas y de la victoria de los Bolcheviques con la consecuente ocupación soviética hasta los años 90 del siglo pasado.
Sus sequelas se pueden aún vivir, ver en cada fachada, respirar en sus callejas. Esperando que esto sirva como advertencia para las generaciones futuras. Pero no obstante ello también se puede ver luz en el horizonte. Masas de turistas jóvenes descubriendo el país, trabajos de renovación y construcciones nuevas por doquier. Confiterías y Restaurantes, Hoteles, Casas de juego, Servicios varios y comercio parecen proliferarse sin esfuerzo. La demanda es creciente.
Luego de haber dejado Batumi unos diez días atrás, sabía que iba a descubrir otra cara georgiana, lo que también ha sucedido como ya descripto anteriormente. Aquí en Tbilisi se unen ambas caras y varias mas.
Georgia y su capital Tbilisi, merecen mas que solo una visita, pero si tuviera la elección, no sería en el apogeo del verano.
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