y como si no conociera esta sensación de haberla vivido cientos o miles de veces, se me hace nuevamente difícil decir adiós.
Pero mi curiosidad por lo nuevo, mi deseo de descubrir y mi espíritu nómade es también esta vez mas fuerte que el fuerte deseo de quedarme. Debo continuar con el viaje.
Anteriormente Azerbaijan fue gobernada desde diferentes ciudades, como ser Täbriz en el actual Iran o Ganja en el Valle del río Kurá. En forma de Kanatos independientes o unidos. Bajo el dominio Persa, Otomano o Ruso.
Esta ciudad en su fisionomía actual es reciente y no lleva mas de 20 años, y no pocas veces se habla del “Milagro de Bakú”.
En su centro se hallan increíbles avenidas, palacetes iluminados y veredas lustradas. Grandes tiendas con las mas renombradas marcas internacionales de moda y un servicio publico de transporte de ultima generación.Pero dejando un poco la zona del microcentro se puede observar, detrás de altas murallas ornamentadas, el pasado de la ciudad, con edificios en ruinas, casas precarias, fabricas de la época sovietica abandonadas y una vida prácticamente rural y no urbana.
Por ende no es la ciudad en si, que me haya facinado, sino principalemnte su gente.Los Azeris, los Bakeler, así el gentilicio de la gente de Bakú. Una mezcla etnica de Turcos, Judíos, Persas, Mongoles, Rusos y otros pueblos caucásicos.
Ninguna mirada y ninguna sonrisa queda sin respuesta. Ya sea en el bar, en las calles, en la metro o en las plazas. De hombres y mujeres por igual. En el mayor de los casos y con pocas excepciones, sin un doble sentido ni particular propósito.
Entro en mi ultima noche al „Le Chatteau“, un bar lleno de humo en un subsuelo de mi barrio, un bar donde todas las noches se encuentran apasionados de todas las edades por el Jazz a escuchar las improvisaciones o Jam Sessions. Mechid, un joven del cual conozco solo su nombre me saluda por mi nombre preguntándome como estoy. Turgal es el novio de Sabina con los cuales comparto la mesa. También esta Yashar, un licenciado en tecnología Iraní de la ciudad de Shiraz que esta en camino de despedida ya que consiguió la visa para vivir en Copenhague por 2 años y como joven profesional que es, desea probar su suerte en Dinamarca. Se acerca Araz, un bioquímico Bakeler que estudió en Holanda y aparte de Azeri habla (como los toros también) un inglés fluido e incluso algo de alemán.
Bailamos juntos, escuchamos la música, bebemos y al fin de la noche, con sinceros saludos que son mas que palabras repetidas, nos despedimos esperando de reencontrarnos nuevamente en un futuro.
Mientras el baterista presenta su solo en sus tambores, analizo realmente los costos y los tiempos para visitar el próximo año nuevamente esta ciudad.
Ya falta poco para mi vuelo, la bicicleta esta empaquetada y el propietario del Hostal me lleva como cortesía al aeropuerto. La empleada de Azerbaijan Airways del Checkin me sugiere de hacer un bulto unico con mis alforjas para evitar de tener que cobrarme por equipaje extra. El sobrepeso me lo deja pasar sin un comentario alguno.
El mar Caspio desaparece por debajo de las alas del avión y la noche entrante. Una hora mas tarde, me encuentro aterrizando en la ciudad Casaca de Aktau. 0
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