Kazakhstan es fundamentalmente un país musulmán. No obstante ello, y debido a la secularización de la sociedad durante el sistema soviético por mas de 70 años, el Islam se desarrolló en diferentes etapas y modos que en los paises fuera del radio comunista. La práctica de la religión se desenvolvió en secreto, en las casas privadas y no contando con dogmas ni controles de instancias eclesiásticas superiores, se ha ido mezclando también con rituales paganos, los cuales los Kasakos practicaban ya anteriormente de su islamkisación.
Luego de la recuperada independencia en los años 90, la fe religiosa y el islam ha ido recuperando terreno pero desarrollando tres corrientes diferentes. Una sigue esa mezcla de paganismo e islam, también basada en el sofismo, una forma de islam muy espiritual, la otra se desarrolla en el ámbito de un islam mas dogmático e organizado y la tercera es un movimiento islamico independiente. La aceptación de la primera y última variante obviamente no cuenta con una buena imagen dentro de los países islamicos vecinos.
La peregrinacion al santuario de Beket Ata, un santo sufi local que vivio hace unos 300 anyos es una de las mas importantes que se realizan en todo Kazajstan. Este eremita se retiro a vivir en un barranco 250 km tierra adentro en uno de los lugares mas remotos y aislados del mundo. Es aquí donde me encuentro hoy, junto a varios peregrinos de distintas partes de Kazakhstan y también de Kirguistan.
El compartir el almuerzo merienda y cena con los peregrinos es una tradición a la cual vengo, como invitado y forastero, cortezmente invitado. Obviamente que comemos todos usando los “cinco dedos” de una fuente en común. En el transcurso del día he aprendido varios rituales, tambien el clásico lavado del cuerpo en busca de la pureza. Mi racionalismo igualmente no me dejó pedir deseo o gracia alguna, pero he pasado un día realmente muy interesante.
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