Bueno, mucho me falta para hacerme notar bajo la sombra de Rambo o Pancho Villa pero si he tomado coraje, como cuando de chico no me animaba a lanzarme a la piscina de agua fría.
La noche pasada en Munich, Alemania la aproveche para visitar una típica cerveceria donde solía ir a comer seguido años atrás cuando vivía en esa ciudad.
El plato pedido y el sabor de este fue un bálsamo para mi alma, que bien venia un poco machacada por haber tomado un tren de Bad Tölz a Munich un día atrás, como si me hubiese traicionado o achicado ante la primer inclemencia del tiempo. Analizando y repensando las cosas con el estomago lleno y una buena bebida en un buen lugar me hizo ver las cosas con algo mas de serenidad. El hecho que un ciclón azotara toda Alemania, desde el norte hasta el sur probablemente sea un motivo para haber tomado dicha decisión y no una excusa por haberme “achicado”. Así también tomé otra decisión, la de ir a la estación central y sacar otro billete de tren para el día siguiente (hoy) al menos hasta la ciudad alemana de Passau, ubicada en la confluencia de los ríos INN e ILZ en el DANUBIO.
Llegar hasta allí en bicicleta me llevaría 2 días, mas otro día de espera en Munich por el mal tiempo y mas el tiempo ya perdido en Leutasch me daba la sensación de atrasarme demasiado en mis planes.
Esta mañana luego de hacer el Check Out en el Hostel Wombat’s de Munich me dirigi a la estación y ya como me imaginaba, estaba esta llena de gente desesperada por tantas cancelaciones y demoras en todas las lineas, y aquella que partía para Passau no llegaba a Munich por arboles caídos u otras circunstancias. Este tren partia de un municipio periférico de la ciudad por lo cual decidí inmediatamente montar la bicicleta y pedalear los 10 kms hasta allí no importandome viento ni lluvia, ni nieve, ni garrotillo, ni el sol. Todos estos ingredientes se repetían a continuación durante la hora que he pedaleado avanzando a 10 km por hora.
Llegado a destino, siguió todo como planeado. El tren me llevó a la ciudad de Passau, y el viaje que tardaría 2 hs se prolongo de una hora ya que por las ráfagas de viento debía circular mas lento. Pero bueno, son detalles que poca importancia tienen. Así como desciendo del tren en destino, las nubes se abrieron y salir un sol radiante, señal que tome como personal de aliento y coraje. No dude mas ni un minuto y así remonte mi fantástica y me hice en camino hacia la frontera Austriaca a lo largo del Danubio.
Ahora si que no me paraba mas nada ni nadie. Una vez se intercambiaban los colores del cielo de azul a negro pasando por todos los matices de grises. Sol y lluvia, nieve y garrotillo. Y como se dice en Alemania, “No existe el mal tiempo, existe la ropa inadecuada” lo afronté, me lancé a la piscina de agua fria y funcionó. Ahora estoy en un alojamiento simpático y limpio en un pueblito a orillas del Danubio, ya en Austria y NO estudiaré el pronostico de mañana. Mañana avanzare a la ciudad de LINZ.
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