Fue un poco por la energía positiva que me transmite este lugar y otro poco por la paz infinita de esta granja, que decidí quedarme un día mas. Me quedé encantando con los perros, los caballos y sobre todo con una mesa infinitamente larga para muchísimos comensales.
Y que los hay, los hay. Son en su mayoría finlandeses, como lo es también el propietario de la granja.
Aprovecho el día para ponerme al tanto con cosas, ya que Budapest con todas sus actividades poco tiempo me ha dejado. Entre otras cosas reveo y planifíco la ruta para los próximos días, y haciendo esto me doy cuenta, que no soy la primer persona en este territorio. Tampoco lo son los finlandeses que me albergan.
Desde que dejara Aquincum (Buda) y Transaquincum (Pest), que sin saberlo, venía siguiendo el Limes romano, aquel que dividia la provincia Romana de Pannonia con el terrorio de los invencibles Yázigas (de la familia de los Sármatas), guererros provenientes de las estepas del Volga y de los montes Urales meridionales. Su fama como excelentes jinetes y su habilidad en el uso de armas de arcos, inclusive en su uso durante el galope lanzando por sobre sus propias espaldas, alcanza hasta el dia de hoy. Probablemente estas tribus originarias, provenientes del Caucaso, hayan formado parte de los antepasados de los Húngaros.
Así, y ni bien pase la tormenta de esta noche por sobre mi tienda y me deje seco, partiré por la mañana hacia la tierra de los Yázigos (Yaziges o Laziges), esperando de no encontrarme con un jinete Yázido malhumorado, mientras pedalee en direccion de Partiscum poco antes de la frontera con la romana provincia de Dacia. Por suerte al ser argentino, no tenemos una historia conflictiva en común y aún no nos conocen ni los hemos trampeado con falsas herraduras.
y ahora a preparar la cena que hoy se come PAPRIKAS KRIPLI
Adiós!!
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